La colina de Watership (Watership Down en el original) es una novela del escritor británico Richard Adams, publicada originalmente en 1972.
Cuenta la odisea de un grupo de conejos, liderados por Avellano y Quinto, en busca de un lugar donde empezar una nueva vida. En su empeño viven aventuras varias, afrontan un montón de peligros, sienten y padecen muchas emociones. Pero, por encima de todo, aprenden a valerse por sí mismos en un mundo inhóspito pero lleno de oportunidades.
Dos cosas llevan a los conejitos a abandonar su hogar. La primera, que en la madriguera de la que proceden son unos mindundis vapuleados constantemente por las élites que ostentan el poder. La segunda, que Quinto, un conejo con dotes proféticas, ha tenido visiones aterradoras sobre una catástrofe que se avecina sobre la conejera. Quinto convence a Avellano y unos cuantos conejos más de que no les queda más remedio que huir a la desesperada.
La colina de Watership – Conejitos muy humanos
La colina de Watership puede parecer un cuento para niños, ya que sigue las aventuras de un grupo de conejitos parlantes. No lo es. Por un lado se trata de un claro alegato ecológico en el que se muestra cómo el ser humano hace estragos en el mundo natural. Y, por otra parte, es sobre todo una crítica a los abusos de poder y las tiranías. Todo ello contado como una fábula, eso sí.
Además, ofrece una historia épica y de triunfo ante las adversidades, en la que se refleja la importancia del respeto mutuo y el valor de la colaboración y la convivencia amistosa. Un aspecto muy bien reflejado en la novela es que el todo, la colectividad, es más que la suma de las partes. Y es que cada conejito tiene algo que aportar al resto.
La novela destaca en la caracterización de personajes. Cada conejo tiene una personalidad bien definida y llena de matices, con sus puntos fuertes y sus flaquezas.
Visiones del futuro y algo de buena suerte
Hay un par de detalles menores que no me convencieron de La colina de Watership. Por un lado, los poderes sobrenaturales del conejo Quinto. Como ya comenté, tiene visiones de calamidades futuras que sirven de motor en la trama. No me convenció este recurso. Conejitos que hablan y son muy listos, ¡vale! Pero que uno de ellos presagie el futuro… No sé, me pareció un poco deus ex machina. Además sus visiones son determinantes en la trama.
Esto encaja con todo ese tema del monomito, conque supongo que viene a cuento. Pero siempre me ha tirado para atrás este recurso.
Otro aspecto un tanto flojillo es que nuestros conejitos protagonistas tienen mogollón de fortuna en sus andanzas. En la novela se insiste mucho en que los conejos tienen enemigos en todas partes, Los Mil, les llaman. Y es que casi cualquier bicho viviente es una amenaza para estos animalitos: lechuzas, armiños, zorros, comadrejas, lobos, halcones, cernícalos, etc.
Nuestros queridos protagonistas se encuentran expuestos a depredadores durante casi toda la novela, y se ponen en situaciones muy vulnerables. Sin embargo, tienen mucha suerte y prácticamente nunca son atacados por ningún bicho peligroso. Pienso que la novela falla un poco en hacer creíble esta amenaza.
Una novela trascendente
Sin embargo, esos dos problemillas mencionados arriba apenas menoscaban el resultado final. Y es que La colina de Watership es una novela que trasciende. Es muy entretenida, y a medida que vas leyendo te vas encariñando con los personajes. Aparte de Avellano y Quinto, están Pelucón, Diente de León, Zarzamora, Acebo y una gaviota llamada Keehar. Todos son entrañables a su manera.
El ritmo a veces es pausado, sobre todo cuando se intercalan narraciones de las leyendas y mitologías del folkore conejil. Cortan un poco el rollo de la trama principal, que es lo verdaderamente interesante en mi opinión. No obstante, estos insertos le dan riqueza espiritual al mundo místico de los conejos.
La colina de Watership – Tiranía vs. Libre albedrío
El tema de los abusos del poder es una constante en la novela. Esto se ve sobre todo cuando entra en escena Éfrafa, una madriguera que se rige por unas reglas muy estrictas y tiránicas con el fin de poder prosperar. Y lo consiguen, pero a costa de renunciar a la libertad y la individualidad de los pobres conejitos que allí viven. Esto se acaba traduciendo en desencanto y desesperación.
La conclusión es que anular por completo el libre albedrío, aunque pueda ser eficaz en términos de prosperidad y supervivencia, termina creando un entorno demasiado tóxico como para que valga la pena vivir en él. La vida en un ambiente así nunca será una vida plena ni feliz.
En ese momento se le ofreció al General Vulneraria la oportunidad de demostrar si era el líder de visión y genio que él creía ser o un simple tirano, astuto y arrojado como un pirata.
Por este y otros temas a menudo se compara La colina de Watership con Rebelión en la granja, de George Orwell.
Relacionado con lo anterior, hay otro pasaje especialmente terrorífico. En él se nos muestra un grupo de conejos que, a cambio de una vida regalada, son capaces de dejarse matar cada tanto, permitir que maten a uno de los suyos más bien, sin oponer resistencia. Una vez más, el precio a pagar no parece que compense.
Un viaje épico y conmovedor
Resumiendo, la novela cuenta una historia que tiene momentos épicos y heroicos llenos de aventura. Y al mismo tiempo es un relato emotivo, evocador y humano, con un subtexto muy interesante. Liderazgo, amistad, valentía, dignidad, identidad, libertad… todo esto y más nos encontraremos en La colina de Watership. Y también desprende mucho amor por el mundo natural y es muy didáctica respecto a la vida conejil.
Muchos humanos dicen que les gusta el invierno, pero lo que realmente les gusta es poderse sentir protegidos frente a él. Para ellos la alimentación no supone ningún problema en invierno. Tienen fuegos y ropa de abrigo. El invierno no puede hacerles daño y, por tanto, aumenta su sensación de bienestar y seguridad. Para los pájaros y los animales, al igual que para las personas pobres, el invierno es otra historia.
Richard Adams
Richard Adams nació en Gran Bretaña y vivió de 1920 a 2016. Participó en la Segunda Guerra Mundial, tras lo cual terminó sus estudios de Historia y Arte. Trabajó en el Departamento de Medio Ambiente británico, lo que explica sus amplios conocimientos del mundo natural.
Aunque escribió más de 20 obras, el reconocimiento mundial le vino gracias a La colina de Watership. El autor afirmó que la novela nació de unos cuentos improvisados que les contaba a sus sobrinos durante largos viajes en coche.
La novela pronto se convirtió en un clásico contemporáneo anglosajón. Cuenta con adaptaciones al cine y la TV: Orejas largas (1978), Watership Down (1999, serie de TV) y La colina de Watership (2018, miniserie de Netflix).
Otra novela suya, Los perros de la plaga, también fue adaptada al cine de animación en 1982.
SOBRE MÍ Me llamo P. A. García y soy escritor. Tengo tres novelas publicadas: Un oficio indiscreto es una novela negra en un mundo de ciencia ficción. Porvenir es una aventura espacial futurista con toques apocalípticos. La Secta del Fuego es una novela de espada y brujería. También he escrito para Ediciones Akal el libro de divulgación histórica La Francia de Gilles de Rais. El primer asesino en serie de la historia. Además, participo en el pódcast sobre cine e historia La Hoguera de los Necios.