Prisión espacial es una novela de ciencia ficción publicada originalmente en bajo el título The survivors, en 1958. Dos años después, en 1960, fue reeditada con el nombre Space prison. El autor es el escritor estadounidense Tom Godwin.
La novela (que no tiene nada que ver con la película MS1: Máxima Seguridad) es una ampliación del relato Too Soon to Die. El argumento es el siguiente:
Una nave espacial que lleva a ocho mil colonos de la Tierra al planeta Athena, a 500 años luz, es atacada por los Gern, un imperio alienígena enemigo de la humanidad. Los invasores dividen a los tripulantes entre los Aceptables para esclavizarlos y los Rechazados. Los Rechazados son abandonados a su suerte por su sádico enemigo en un planeta inhóspito llamado Ragnarok.
La novela nos narra la angustiosa lucha por la supervivencia de estos desahuciados en el planeta más horripilante hasta entonces descubierto. Ragnarok es tan hostil que, en unas semanas, los cuatro mil inexpertos terrestres (hombres, mujeres y niños) se reducen a menos de un millar.
La prisión espacial es un planeta llamado Ragnarok
La aplastante gravedad del planeta, el aire enrarecido y, sobre todo, el clima extremo (pues Ragnarok tiene unos inviernos de un frío jamás imaginado y largos veranos agotadores bajo dos soles) harán estragos entre los abandonados. No faltará, tampoco, una epidemia devastadora.
Y por si todo esto no fuera suficiente, además deberán enfrentarse a criaturas autóctonas peligrosísimas. Estas criaturas son, por un lado, una especie de tigres-leones muy agresivos e inteligentes. Y también tendrán que luchar contra unos ¡unicornios asesinos! Ambas criaturas se cobrarán cientos de víctimas entre los supervivientes. Así es que los rechazados parecen prácticamente condenados a muerte.
Sólo una cosa motiva a los supervivientes a no rendirse durante más doscientos años. Su pueblo se ha prometido resistir y esperar la oportunidad de combatir con el poderoso Imperio Gern. Venganza, vamos.
Prisión espacial es una novela que me atrapó desde las primeras páginas. Y eso a pesar de que los personajes están bastante desdibujados. De hecho, no hay un protagonista definido, ya que distintos líderes se van sucediendo durante generaciones. Sin embargo, todo el tiempo que me ocupó la lectura me lo pasé interesadísimo y preocupadísimo por los pobres supervivientes, asediados por todo tipo de dificultades, pero inasequibles al desaliento.
Lo más interesante de Prisión espacial
Uno de los temas que aborda la novela es el enfrentamiento interno entre el propio grupo. Los líderes de turno se verán obligados a plantar cara a los opositores que, por desgracia, no comparten la filosofía de ayudarse unos a otros. Las medidas que tomen los líderes serán drásticas.
Otro asunto que trata Prisión espacial que me pareció muy interesante es la importancia del sedentarismo para construir una civilización. Con una tozudez encomiable, los abandonados se aferran a la idea de asentarse en un lugar y crecer en él pese a las adversidades climáticas.
Aunque pasarán hambre y mil penurias, los deseos de venganza contra los Gern les harán sacar fuerzas de donde parece que no hay.
El relato, aunque más bien se englobaría dentro de la space opera, no carece de elementos de ciencia ficción hard. En primer lugar, veremos cómo los niños nacidos en Ragnarok cada vez están mejor adaptados a la fuerte gravedad y a lidiar con el entorno.
También resulta interesante cómo, en base a conocimientos de química y minerales, poco a poco van construyendo armas y artefactos que les ayudan a prosperar.
Una novela de los años 50
Que Prisión espacial es una novela de 1958 se nota en dos cosas:
Primero, en la consideración de la mujer como el sexo débil, cuyo papel es criar a los hijos y poco más. Los que mandan son los hombres.
Segundo, en la influencia de algunos elementos de la novela. Hay un momento en que se ve esto especialmente: para proteger a un niñito del frío extremo que está a punto de acabar con él, se les ocurre introducir su cuerpo en las entrañas de un prowler (así llaman a los tigres-león) recién muerto para que el bebé absorba el calor. La escena me recordó muchísimo a una de El imperio contraataca. Al principio de la película, en el planeta Hoth, Han Solo salva a Luke de morir congelado, después de ser atacado por un wampa, introduciéndolo en las entrañas de un tauntaun fallecido.
Prisión espacial tuvo una secuela en 1964 titulada The space barbarians.
Tom Godwin
Tom Godwin (1915-1980) fue un autor estadounidense de ciencia ficción activo entre los años cincuenta y setenta. Durante su carrera, publicó tres novelas y alrededor de treinta cuentos. Su obra más célebre fue el controvertido cuento Las ecuaciones frías, con un argumento muy similar a la película Polizón (Stowaway), recientemente estrenada en Netflix.
Godwin, que no destacó especialmente por su calidad literaria ni su imaginación, tuvo una vida difícil. Sufrió tragedias familiares, fue expulsado del instituto, además tenía joroba y, en sus últimos años, abusó del alcohol.
SOBRE MÍ Me llamo P. A. García y soy escritor. Tengo tres novelas publicadas: Un oficio indiscreto es una novela negra en un mundo de ciencia ficción. Porvenir es una aventura espacial futurista con toques apocalípticos. La Secta del Fuego es una novela de espada y brujería. También he escrito para Ediciones Akal el libro de divulgación histórica La Francia de Gilles de Rais. El primer asesino en serie de la historia. Además, participo en el pódcast sobre cine e historia La Hoguera de los Necios.