El hombre en el laberinto, de Robert Silverberg

El hombre en el laberinto es una novela de Robert Silverberg publicada originalmente en 1969.

El libro, de apenas 250 páginas, bien podría ser el prólogo de una historia que daría para alargar infinitamente. Tantos son los elementos que abarca. Pero no lo es y me gusta eso.

El hombre en el laberinto
El hombre en el laberinto, de Robert Silverberg.

El hombre en el laberinto – Sinopsis oficial

Durante su frustrado intento de contacto con los habitantes de Beta Hydri IV, el diplomático Muller quedó marcado con un estigma que provoca que ninguno de sus congéneres humanos tolere su presencia. Aislado, muerto en vida, decide exiliarse a Lemnos, un planeta conocido por los horrores, reales e imaginarios, que alberga su laberinto, construido tiempo atrás por una antigua raza inteligente.


Ahora la Tierra tiembla bajo la amenaza de un nuevo peligro extraterrestre, y solo Muller puede salvar a los humanos. Se envía una expedición en su busca al mortal laberinto de Lemnos con la misión de traerlo de vuelta. ¿Aceptará el diplomático arriesgar su vida por una raza que ya lo repudió una vez?

Space opera, megaestructuras y primer contacto

El hombre en el laberinto tiene algo de space opera, en el sentido de que el viaje interplanetario, interestelar e incluso intergaláctico es algo cotidiano para la humanidad. Pese a esto, prácticamente toda la novela transcurre en un único escenario, la ciudad-laberinto del planeta Lemnos, donde miles de años atrás vivió una civilización ahora extinta y desconocida.

El propio laberinto de Lemnos, refugio de Muller, se adhiere a otro de los tropos de la ciencia ficción: se trata al mismo tiempo de una megaestructura alienígena y de una zona extraña y peligrosa que no se sabe quién ha construido ni para qué. Es un lugar increíblemente antiguo y lleno de trampas que matan a cualquiera que se intente penetrar en él. Sólo Muller ha conseguido entrar y lleva 9 años sobreviviendo allí dentro completamente solo.

Otro tema presente es el de primer contacto. La humanidad se ha expandido por toda la galaxia, pero sólo ha conocido ahí fuera a una única civilización extraterrestre. Pero este primer contacto fue un fracaso en materia de comunicación entre especies. En esto la novela de Silverberg tiene un ligero eco a la visión de Stanislaw Lem sobre el asunto: el entendimiento entre especies es muy difícil, sino prácticamente imposible, debido a las enormes diferencias biológicas, sensoriales, de escala vital, etc.

«El hombre en el laberinto», de Robert Silverberg
«El hombre en el laberinto», de Robert Silverberg

El hombre en el laberinto – Tres personajes opuestos y complementarios

La novela se centra en tres personajes principales, los tres hombres. El primero, llamado Muller, está marcado por la fatalidad tras su desastroso encuentro con la primera civilización alienígena con la que ha contactado la humanidad. Muller lleva 9 años escondido en un laberinto alienígena, al margen de sus congéneres. Su autoexilio se debe a que su presencia resulta insoportable a las personas a causa de una modificación cerebral que le provocaron los betahidrianos cuando intentó contactar con ellos.

El segundo personaje es Broadman, un diplomático dispuesto todo con tal de salirse con la suya a la hora de defender a la humanidad. Resulta que una nueva raza alienígena ha sido descubierta en la galaxia vecina y su existencia supone la amenaza de esclavitud a los seres humanos. Broadman quiere hacer salir a Muller de su autoexilio para usarlo como baza frente a los extragalácticos.

Por último tenemos al joven ingenuo y lleno de ideales, Rawlings. Por un lado, Rawlings empatiza con la desgracia de Muller. Al mismo tiempo, es fácilmente manipulado por Broadman, que lo utiliza como medio de llegar para llegar a Muller.

Es al laberinto a donde llegan Broadman y Rawlings para hacer salir a Muller. El destino de la raza humana depende de ello. Pero convencer a Muller no será tarea fácil. El laberinto de Lemnos no es sólo un escenario, sino también una metáfora de la psique de Muller, un intricando laberinto de emociones contradictorias. Puede que la megaestructura laberíntica represente también esa idea lemiana de que comprender a otros inteligencias extrasolares es tremendamente complicado.

«El hombre en el laberinto», de Robert Silverberg.
«El hombre en el laberinto», de Robert Silverberg.

Ritmo inmersivo, misterio y sentido de la maravilla

El pulso narrativo de El hombre en el laberinto me ha parecido magnífico. Capítulos ágiles, muy inmersivos, llenos de sentido de la maravilla pero con descripciones concisas y precisas. Los giros de la trama son impactantes, muy bien pensados, estructurados y dosificados. Todo dirigido hacia un clímax final en el que todo acaba como tiene que acabar.

Es cierto que quedan algunos misterios sin respuesta, y un final en parte abierto, pero para mí es plenamente satisfactorio. No necesito que me lo cuenten todo con pelos y señales. Tampoco me molesta que algunas cuestiones queden en el aire. Al fin y al cabo, el universo difícilmente será cognoscible del todo para los seres humanos si algún día alcanzamos las estrellas. Y menos aún si nos topamos con otras formas de vida inteligentes que nada tienen que ver con la vida terrestre.

La principal pega que se le puede poner a El hombre en el laberinto tiene que ver con la consideración de las mujeres. Los únicos personajes femeninos que se mencionan son las novias y/o amantes de Muller y Rawlings. No tienen más importancia que como reclamo sexual de los hombres. Es cierto que la novela es de 1969, pero ya entonces había autores que daban más enjundia los personajes femeninos, y no es el caso de Silverberg.

Robert Silverberg, además, salpica el relato de algunas referencias sexuales más o menos explícitas que no parecen venir mucho a cuento. Quizá esto se explica porque, en los años previos, para ganarse la vida se dedicó a escribir novelas eróticas en grandes cantidades. Y según él mismo, se le daba bien escribir estos relatos sicalípticos.

The man in the maze - Robert Silverberg
The man in the maze – Robert Silverberg

El hombre en el laberinto – Una novela de las de antes

En definitiva, en El hombre en el laberinto se habla del rechazo, la angustia y la desesperación. Pero también nos ofrece un contexto espacial lleno de maravillas sobrecogedoras no necesariamente cognoscibles ni amistosas. Y todo en un libro muy sucinto, autoconclusivo y cerrado sobre sí mismo. Un tipo de novela por la que no se apuesta hoy tanto como antaño.

Esa construcción misteriosa y alucinante, el laberinto de Lemnos, sirve como algo más que un llamativo telón de fondo. El libro presenta personajes claramente definidos, opuestos y complementarios al mismo tiempo. Sobre todo Muller es un personaje inolvidable. Sufre una experiencia traumática que produce verdadera empatía hacia él, y al final de la novela consigue redimirse.

SOBRE MÍ Me llamo P. A. García y soy escritor. Tengo tres novelas publicadas: Un oficio indiscreto es una novela negra en un mundo de ciencia ficción. Porvenir es una aventura espacial futurista con toques apocalípticos. La Secta del Fuego es una novela de espada y brujería. Además, participo en un podcast sobre cine e historia, con mucho humor, llamado La Hoguera de los Necios.